LECCIONARIO DOMINICAL

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

DICIEMBRE 22, 2024

LA COLECTA

Dios de misericordia, que enviaste a tus mensajeros, los profetas, a predicar el arrepentimiento y preparar el camino de nuestra salvación: Danos gracia para atender sus advertencias y abandonar nuestros pecados, a fin de que recibamos gozosamente la venida de Jesucristo nuestro Redentor; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre.  Amén.

Primera Lectura

Baruc 5:1–9

Lectura del libro de Baruc

¡Jerusalén, quítate tu ropa de luto y aflicción ,y vístete de gala con el esplendor eterno que Dios te da! Vístete la túnica de la victoria de Dios, y ponte en la cabeza la corona de gloria del Eterno. Dios mostrará en toda la tierra tu esplendor, pues el nombre eterno que Dios te dará es: «Paz en la justicia y gloria en el servicio a Dios.» ¡Levántate, Jerusalén, colócate en lugar alto, mira hacia el oriente y verás cómo vienen tus hijos de oriente y occidente, reunidos por orden del Dios santo, alegres al ver que Dios se acordó de ellos! Cuando se alejaron de ti, iban a pie, llevados por sus enemigos; pero Dios te los traerá gloriosamente, como reyes en su trono. Dios ha ordenado que se aplanen los altos montes y las colinas eternas, que las cañadas se rellenen y la tierra quede plana, para que Israel pase por ellos tranquilamente, guiado por la gloria de Dios. Los bosques y todos los árboles olorosos darán sombra a Israel por orden de Dios, porque él guiará a Israel con alegría, a la luz de su gloria, y le mostrará su amor y su justicia.

Palabra del Señor.     Demos gracias a Dios.

Cántico 9:  Cántico de Zacarías    

Benedictus Dominus Deus • Lucas 1:68–79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *

     porque ha visitado y redimido a su pueblo,

Suscitándonos un poderoso Salvador *

     en la casa de David su siervo,

Según lo había predicho desde antiguo *

     por boca de sus santos profetas.

Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos, *

     y de la mano de todos los que nos odian,

Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *

     recordando su santa alianza y el juramento

     que juró a nuestro padre Abrahán;

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos, *

     le sirvamos con santidad y justicia en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *

     porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,

Anunciando a su pueblo la salvación, *

     el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *

     nos visitará el sol que nace de lo alto,

Para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, *

     para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

     como era en el principio, ahora y siempre,

     por los siglos de los siglos. Amén.


La Epístola

Filipenses 1:3–11

Lectura de la carta de San Pablo a los Filipenses

Cada vez que me acuerdo de ustedes doy gracias a mi Dios; y cuando oro, siempre pido con alegría por todos ustedes; pues ustedes se han hecho solidarios con la causa del evangelio, desde el primer día hasta hoy. Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese. Es muy justo que yo piense así de todos ustedes, porque los llevo dentro de mi corazón y porque todos ustedes son solidarios conmigo de la bondad que Dios me ha mostrado, ya sea que esté yo en la cárcel o que me presente delante de las autoridades para defender y confirmar el anuncio del evangelio. Pues Dios sabe cuánta nostalgia siento de todos ustedes, con el tierno amor que me infunde Cristo Jesús. Pido en mi oración que su amor siga creciendo más y más todavía, y que Dios les dé sabiduría y entendimiento, para que sepan escoger siempre lo mejor. Así podrán vivir una vida limpia, y avanzar sin tropiezos hasta el día en que Cristo vuelva; pues ustedes presentarán una abundante cosecha de buenas acciones gracias a Jesucristo, para honra y gloria de Dios.

Palabra del Señor.

Demos gracias a Dios.

El Evangelio

San Lucas 3:1–6

 
SANTO EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGUN SAN LUCAS.
¡Gloria a ti, Cristo Señor!  

Era el año quince del gobierno del emperador Tiberio, y Poncio Pilato era gobernador de Judea. Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Filipo gobernaba en Iturea y Traconítide, y Lisanias gobernaba en Abilene. Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes. Por aquel tiempo, Dios habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías, y Juan pasó por todos los lugares junto al río Jordán, diciendo a la gente que ellos debían volverse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonara sus pecados. Esto sucedió como está escrito en el libro del profeta Isaías:

«Una voz grita en el desierto:

“Preparen el camino del Señor;

ábranle un camino recto.

Todo valle será rellenado,

todo cerro y colina será nivelado,

los caminos torcidos serán enderezados,

y allanados los caminos disparejos.

Todo el mundo verá la salvación que Dios envía.”»

El Evangelio del Señor.

Te alabamos, Cristo Señor.

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